Discapacidad auditiva en niños
La sordera o hipoacusia, se puede presentar en personas de todas las edades, sin embargo, en el caso de los niños y bebés recién nacidos, resulta difícil detectarla debido a que apenas están aprendiendo a pronunciar sus primeras palabras. Un niño puede presentar sordera si no responde a tu voz o no se percata de la presencia de los sonidos que lo rodean.
Consulta a tu médico antes de cualquier terapia o tratamiento
Se define como la pérdida parcial de la capacidad de percibir o entender el sonido. Es importante hacer notar que no sólo se debe “escuchar” el sonido, sino también poder discriminarlo de manera que tenga sentido.
El diagnóstico precoz ayuda a evitar problemas a largo plazo, y así actuar a tiempo en caso de que se detecte algún tipo de pérdida auditiva, aunque no es tan evidente reconocer el problema en un bebé. En México se realiza el tamiz neonatal auditivo, una pruebas que diagnostica a todos los recién nacidos y permiten identificar posibles problemas de audición. Sin embargo, no todos tienen acceso a este tipo de pruebas, por lo tanto, en muchos casos deben ser los padres o especialistas los que detecten que el bebé tiene déficit de audición.
El especialista le orientará sobre los estudios que deben realizarse, para tener un diagnóstico más certero en la audición del niño.
Es una pregunta que como padres nos realizamos al querer encontrar una causa ante esta situación, existen diversos factores que pueden provocar hipoacusia en niños.
A continuación se enlistan las causas más frecuentes de pérdida auditiva en niños:
Factores durante el embarazo: si la lesión se produce en la gestación, los factores pueden implicar un trastorno en el desarrollo de la cóclea, a causa de enfermedades en la madre como: Diabetes, hipertensión, infecciones por virus, medicamentos tóxicos e infecciones.
Enfermedades durante el nacimiento: Asfixia al nacer puede producir lesiones en la cóclea por la hipoxia a la que fue expuesto, toda afección toxica a la que pueda estar expuesto el niño en este periodo, coloración amarilla en piel durante varias semanas, también existen enfermedades genéticas, por lo que es importante la toma de tamiz auditivo neonatal para descartar cualquier afección.
En los primeros meses y años de vida: meningitis, infecciones virales como parotiditis, varicela, enfermedades respiratorias no tratadas o que se compliquen, pueden ocasionar alteraciones en las estructuras del oído medio, disminuyendo la audición, y provocando un proceso inflamatorio infeccioso crónico, y objetos extraños en oído, pueden ocasionar daño en las estructuras del oído causando algún problema auditivo.
Una vez que identificamos algún factor es importante acudir con el especialista en sordera para que nos oriente sobre el diagnóstico y tratamiento a seguir.
Primero valorar el desarrollo normal de la audición a través de cómo se comporta cuando le habla o cuando escucha algún ruido.
La mayoría de los niños experimentan pérdidas de audición temporales durante su infancia. Esto es debido a la existencia de cerumen u otitis media.
La otitis media es dolorosa para el niño y puede dar lugar a una pérdida de audición. Debe tratarse rápida y adecuadamente.
Si ya valoramos lo anterior, es importante acudir con un especialista para descartar cualquier problema en el desarrollo auditivo de nuestros hijos.
La pérdida auditiva en niños se debe considerar una situación de emergencia. Esta disminución auditiva, tiene un alto impacto sobre el aprendizaje, el comportamiento y el contexto afectivo, por lo que debe tratarse de forma inmediata al diagnóstico.
Cuando el desarrollo normal de la audición no sea el adecuado, debemos de tener en cuenta que depende de la edad de cada niño, será la evolución que tendrá su organismo, es por eso que como padres debemos estar atentos al desarrollo normal de la audición de nuestros hijos.
Un niño entre los 3 y los 6 meses de edad se despierta o se tranquiliza cuando sus padres le hablan. Gira la cabeza en dirección a los ruidos que escucha.
A la edad de 7 y 10 meses giran la cabeza y los hombros cuando oyen sonidos familiares aunque estos sonidos no sean fuertes.
Las primeras señales de comprensión de algunas palabras llegan entre los 11 y los 15 meses de edad. Es entonces cuando señalan o miran algunos objetos cotidianos y responden con balbuceos cuando nos dirigimos a ellos.
Al año y medio o 18 meses, usan algunas palabras aunque no las pronuncien con toda claridad, y a los 2 años utilizan correctamente palabras que oyen en casa además de entender órdenes que no vayan acompañadas de gestos.
A los 2 años y medio pueden cantar algunos fragmentos de canciones que les sean conocidas y reaccionan a sonidos que les llaman la atención y les provocan que vayan corriendo a mirar de dónde vienen.
Pueden empezar a crear frases completas a los 3 años de edad como “yo ya soy grande” o “vamos a casa a jugar con papá”. También son capaces de indicar con bastante precisión y localizar el origen de un ruido.
En niños de 4 años, el aprendizaje del lenguaje y el desarrollo de sus habilidades comunicativas permitirán al niño hilvanar y ofrecer pequeños relatos de acontecimientos que ha vivido recientemente, por ejemplo, lo que ha hecho en el colegio durante el día.
A los 5 años su lenguaje ya debería ser totalmente inteligible aunque no pronuncie con claridad algunos sonidos. A esta edad ya saben usar correctamente los pronombres y pueden mantener una conversación.
Cuando el desarrollo normal de la audición no sea el adecuado, debemos de tener en cuenta que depende de la edad de cada niño, será la evolución que tendrá su organismo, es por eso que como padres debemos estar atentos al desarrollo normal de la audición de nuestros hijos.
Un niño entre los 3 y los 6 meses de edad se despierta o se tranquiliza cuando sus padres le hablan. Gira la cabeza en dirección a los ruidos que escucha.
A la edad de 7 y 10 meses giran la cabeza y los hombros cuando oyen sonidos familiares aunque estos sonidos no sean fuertes.
Las primeras señales de comprensión de algunas palabras llegan entre los 11 y los 15 meses de edad. Es entonces cuando señalan o miran algunos objetos cotidianos y responden con balbuceos cuando nos dirigimos a ellos.
Al año y medio o 18 meses, usan algunas palabras aunque no las pronuncien con toda claridad, y a los 2 años utilizan correctamente palabras que oyen en casa además de entender órdenes que no vayan acompañadas de gestos.
A los 2 años y medio pueden cantar algunos fragmentos de canciones que les sean conocidas y reaccionan a sonidos que les llaman la atención y les provocan que vayan corriendo a mirar de dónde vienen.
Pueden empezar a crear frases completas a los 3 años de edad como “yo ya soy grande” o “vamos a casa a jugar con papá”. También son capaces de indicar con bastante precisión y localizar el origen de un ruido.
En niños de 4 años, el aprendizaje del lenguaje y el desarrollo de sus habilidades comunicativas permitirán al niño hilvanar y ofrecer pequeños relatos de acontecimientos que ha vivido recientemente, por ejemplo, lo que ha hecho en el colegio durante el día.
A los 5 años su lenguaje ya debería ser totalmente inteligible aunque no pronuncie con claridad algunos sonidos. A esta edad ya saben usar correctamente los pronombres y pueden mantener una conversación.
Si identificas algún problema en el desarrollo normal de tu hijo, es importante acudas con el especialista en audición para valorar la situación y así tener un diagnóstico y tratamiento temprano. Leer más
A continuación se enlistan las causas más frecuentes de pérdida auditiva en niños:
Factores durante el embarazo: si la lesión se produce en la gestación, los factores pueden implicar un trastorno en el desarrollo de la cóclea, a causa de enfermedades en la madre como: Diabetes, hipertensión, infecciones por virus, medicamentos tóxicos e infecciones.
Enfermedades durante el nacimiento: Asfixia al nacer puede producir lesiones en la cóclea por la hipoxia a la que fue expuesto, toda afección toxica a la que pueda estar expuesto el niño en este periodo, coloración amarilla en piel durante varias semanas, también existen enfermedades genéticas, por lo que es importante la toma de tamiz auditivo neonatal para descartar cualquier afección.
En los primeros meses y años de vida: meningitis, infecciones virales como parotiditis, varicela, enfermedades respiratorias no tratadas o que se compliquen, pueden ocasionar alteraciones en las estructuras del oído medio, disminuyendo la audición, y provocando un proceso inflamatorio infeccioso crónico, y objetos extraños en oído, pueden ocasionar daño en las estructuras del oído causando algún problema auditivo.
Una vez que identificamos algún factor es importante acudir con el especialista en sordera para que nos oriente sobre el diagnóstico y tratamiento a seguir.